Las revoluciones están en la ley moral de las sociedades, y ni es dado crearlas ni es posible detenerlas, sino mediante reparaciones tan amplias, como intensas son las causas que las engendran.
¿De qué fundamento parten para asumir semejantes facultades, tan monstruosos y avasalladoras de todos los resguardos, que no sólo derriban todo lo constituído, sino que transgreden todos los preceptos básicos de la justicia, como las garantías consiguientes, y atentan también contra la cultura y la civilización humana? ¿Por el imperio de qué justicia, de quéContinue reading →